La pandemia ha afectado todos los países, El Salvador no ha sido la excepción, el país se encuentra cerrado y según expertos esta podría ser la cosecha más baja en un siglo de historia. De acuerdo al Consejo Salvadoreño del Café (CSC), hasta el 31 de marzo la cosecha sumaba apenas 705,190 quintales. La Asociación Cafetalera de El Salvador (ACAFESAL) estima que de no implementar acciones la próxima cosecha, es decir 2020-2021, rondaría los 520,000 quintales.
La caída del café significaría también pérdida de empleos, de forma directa o indirecta en toda la cadena la producción medioambiental. El tema del agua es importante, ya que el agua la generan los bosques cafetaleros que son los únicos bosques en El Salvador. Debido a la recesión económica causada por la pandemia, el gobierno salvadoreño ha anunciado una serie de medidas para hacerle frente, consiste en un financiamiento por $2,000 millones y luego otro por $1,000 millones. Parte de ese monto se utilizaría para intervenir directamente la economía, pero no hay fondos destinados para el sector, también se ha anunciado un plan de $500 millones para la agricultura, que todavía no ha sido presentado en detalle, ni sometido a la Asamblea Legislativa.
Amilcar Vega, presidente de la junta de Gobierno de la Asociación Cafetalera de Santa Ana, comenta que “una alternativa es que se reconozca un bono ambiental al sector por los servicios ambientales que se presta, específicamente por la captación hídrica y que equivalga a $1,000 por manzana al año, que significaría pagarles $0.26 por metro cúbico de agua captada”.