Sabemos que la pandemia y el confinamiento han golpeado la económica del mundo. Según el Informe Especial covid-19 Número 6 de la Comisión Económica para América Latina –CEPAL- revela que durante este año se ha tenido un mayor impacto en la económica desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Aunque algunos confirman que debido al confinamiento y al cierre de oficinas los niveles de consumo de café en los hogares han aumentando.
Así mismo, según un medio de comunicación, en el conversatorio ¿Cómo impactará el clima en Brasil al precio del café?, dirigido por Judith Ganes, se habló de los efectos que tendrá la poca lluvia en Brasil durante los últimos meses y cómo esto afecta la oferta mundial. Las lluvias en la caficultura son indispensables ya que genera la floración del árbol, la cual determina el tamaño de la cosecha.
Hay incertidumbre debido a la alta volatilidad en los precios del café. Se puede adquirir una opción “call” de compra o una opción “put” de venta para el contrato C de la bolsa de Nueva York, lo cual permite vender a un precio determinado una cantidad de café en cierta fecha, con precios establecidos previamente, pagando una prima; y así permite a los productores cubrirse ante cambios en los precios y así tener una mayor seguridad de sus ingresos. Mientras que el valor de los cafés especiales lo determina la Specialty Coffee Asocciation –SCA- y se negocian con tostadores o importadores.
El futuro del café es impredecible, los derivados financieros son instrumentos que le permiten tanto al comprador como al vendedor tener una cobertura ante fluctuaciones en precios. Es responsabilidad de la institucionalidad cafetera fomentar el uso de estas herramientas que brinda el mercado financiero para así darle a los caficultores más seguridad sobre sus ingresos en el futuro y mejorar su calidad de vida.