Según un medio de comunicación, las medidas por el Covid-19 han cambiado muchos patrones de consumo, instituciones que parecían sólidas, el café a media mañana, han desaparecido. Esto ha tenido un impacto directo en la industria del café: los dos mercados más grandes del mundo, Estados Unidos y China, han visto descensos del 11% o un crecimiento ralentizado del 40% al 1,5%.
En el año 2019 el 82% del café consumido en todo el mundo se sirvió en restaurantes y cafeterías, en 2020 ese porcentaje ha descendido al 78%.
El café en casa, de toda la vida o en formatos modernos, está ganando terreno, espoleando nuevos patrones de consumo.
La planta de producción de cápsulas de café de Nescafé de Girona ha aumentado su facturación en un 20%. Keurig Dr Pepper, se encuentra en una situación parecida, aumentando su venta directa en un 6%.
Como se consume más café en casa, las ventas de máquinas espresso o de filtro han crecido un 28% desde el inicio de la pandemia.
El sector de café de especialidad atraviesa una crisis general, se han vendido menos arábica y su valor también ha decrecido, la industria cerrará el año produciendo un 2,5% menos que en 2019, lo que ha afectado el precio.