Según periodistas, al calibrar se busca extraer la cantidad adecuada de sabor soluble del café utilizando la cantidad adecuada de agua, para conseguirlo se debe modificar los parámetros que influyen en el sabor, uno a la vez, principalmente la dosis, el rendimiento y el tiempo de extracción. Si el café no se extrae lo suficiente, lo cual se conoce como subextracción, el espresso a menudo adquiere un sabor agrio y una consistencia viscosa. Sin embargo, si el café se extrae demasiado, (sobreextracción) el espresso puede tener un sabor seco, amargo o quemado.
Para calibrar se necesita contar con dos juegos de balanzas digitales precisas, un apisonador plano que se adapte perfectamente a la canasta del portafiltro, canastas para portafiltros, un portafiltro sin fondo o “desnudo” (diseñado sin boquillas, de manera que se puede ver el fondo de la canasta).
Un espresso preparado correctamente y bien extraído de tener dulzor, niveles de acidez refrescantes, limpieza y un final duradero. Cuando degustamos el espresso, podemos darnos cuenta que es lo que necesitamos hacer, para calibrar, por ejemplo:
Algunos consejos de los que podemos apoyarnos y perfeccionar la habilidad de calibración son: