Según un medio de comunicación, especialistas indican que a menudo se cree erróneamente que la cafeína aumenta considerablemente la producción de orina y que esta bebida deshidrata. A pesar del hecho de que el café ha sido percibido durante mucho tiempo como una bebida deshidratante, ahora se sabe que un consumo moderado de café contribuye más bien a la hidratación diaria.

Los consumidores habituales de cafeína parecen desarrollar una mejor tolerancia al efecto diurético de la cafeína, incluso a dosis más altas de 240 mg por día, alrededor de dos tazas.

Los estudios coinciden en que, a pesar de su potencial diurético en algunas personas, el consumo de bebidas con cafeína no causaría deshidratación. Así mismo, se ha demostrado que el consumo de cafeína en el ejercicio no da como resultado un desequilibrio en los valores bioquímicos de los niveles de hidratación.