El método tradicional para preparar café, con un filtro, está quedando lejos del nuevo hábito de preparación, en cápsulas. Durante el año pasado, el consumidor belga compró 248,000 máquinas de café tradicionales con café de filtro, un segmento superado por primera vez por cápsulas, que vendió 260,000 máquinas, principalmente del gigante suizo Nestlé, propietario de las marcas Nespresso y Dolce Gusto y quien también fabrica y comercializa cápsulas de la marca Starbucks.
Según la oficina de investigación Nielsen, el mercado de café de filtro en 2019 valía € 196.9 millones, un 2.6% menos que en 2018; y el de cápsulas valía 99,5 millones de euros, un 9,3% más que el año anterior.
En los últimos años, los consumidores belgas han desarrollado sabores más sofisticados, buscando un mejor café y más exclusivo, y ese cambio es parte del desarrollo con que los belgas abordan el café.
Oliver Perquy, CEO de Nespresso Belgium, dice que “el sabor del café en cápsulas es mucho más fuerte. Al principio no fue una venta fácil, porque los belgas, como otros europeos del norte, no estaban acostumbrados a la intensidad del espresso italiano”, también comentó que Nestlé es el mayor vendedor de café en ese país.