Según un medio de comunicación, el café aromatizado es una costumbre centenaria, los primeros en aromatizar el café fueron los propios etíopes, añadiendo sal y especias como la canela. Luego se extendió a Arabia y a Yemen.
Los mercaderes comenzaron a comercializarlo y luego se fue expandiendo por Medio Oriente, junto con nuevos sabores como el clavo, nuez moscada, vainila, avellana, cardamomo, chocolate y naranja.
Con el tiempo, gracias a la versatilidad del café y al descubrimiento de nuevos aromas, se han ido confeccionando una diversidad de variedades para todos los gustos, ya sea combinaciones dulces, cremosas o especiadas.