Según medio de comunicación, el viernes 4 de septiembre, el precio del café alcanzó su nivel más alto, se ha mantenido alto y volátil. El precio se podría disparar por la posible sequía que afecta Brasil, ligada al fenómeno de La Niña. Al iniciar la pandemia se desplomaron los precios, pero desde mayo se han ido recuperando.
Lo contrario ha sucedido en el comportamiento de los cafés suaves y el café brasileño. México y Centroamérica han bajado la oferta y los diferenciales han subido mucho desde principios del año.
Existen rumores que exportadores brasileños estarían preparando grandes volúmenes de semi-lavados para venderlos a la bolsa y ya han comenzado a certificar los primeros 855 sacos de café de Brasil en bodegas en Amberes. Sin embargo, un poco más de tres mil sacos han sido rechazados, de los cuales probablemente muchos son de Brasil. Normalmente es poco atractivo por el diferencial (-6 en Nueva York más el costo de transporte, maniobras, etc.), pero los buenos precios en el mercado interno, gracias a la tasa de cambio del dólar, hacen que este negocio es factible.